domingo, 18 de septiembre de 2016

Una venganza jurásica, triste y sangrienta entonada en suspiros de muerte, satanismo y seducción.

Hoy vengo a hablar un poco de cine. Como ya sabéis, y si no lo sabéis ahora lo sabréis, me gusta el cine.
Desde siempre me ha gustado mucho ver películas. Cuando era pequeño no había fin de semana sin película. Y como casi todos los niños que ven películas, en mi caso veía aquellas que me gustaban una y otra vez. Mis padres debieron estar hartos de ver insectos 3D en el salón cada domingo por la tarde, estoy seguro.
Una cosa buena de esto es que veía cine. La mala, que no veía todo tipo de cine. Ese problema me ha acompañado hasta hace unos ocho años, cuando traté de salir de ese círculo de ver mil veces la misma película. En una infancia marcada por Pixar, Harry Potter y El señor de los anillos, no dediqué tiempo a ver mucho más. Evidentemente veía muchas películas nuevas, pero no de la forma en que trato de hacerlo ahora.
Nunca he ocultado que envidio a los niños que conocieron la tradición del videoclub, que vivieron su niñez en esos años ochenta en los que tanta gente disfrutaba de una cultura del cine importante, niños acostumbrados a ver muchas películas cada fin de semana.
Yo no llegué a ser un niño videoclub; tampoco iba cada sábado al cine.
De ahí que, aunque me gusta mucho el cine, me cuesta ver muchas películas. No siempre tengo la predisposición, o las ganas. Pero negar que me fascina ver películas sería ridículo.
Yo creo que cada persona tiene un grado para todo. No ver mucho cine no hace que te guste menos.
En mi caso, tengo muchas carencias en cine. Apenas he visto clásico. Me centro mucho en lo que hay ahora, y en cine de los ochenta/noventa. Cuestión de prioridades o de organización.
Espero poder organizar mejor mi vida y poder ver de todo sin preferencias absurdas. Ah, y tener el tiempo que necesito para ver todo ese cine.
Dicho esto, voy a presentar una lista de películas favoritas.

Me cuesta decidir qué películas son las que más me gustan. Porque una cosa es eso y otra cosa es decidir cuales son buenas. Seamos claros, para saber lo buena que es una película se requiere mucho, mucho más que simplemente ser espectador. Hace falta conocer muy bien el lenguaje del cine y haber visto miles de películas.
Me gusta el cine pero no he visto tanto como me gustaría. He visto poco cine, pero el que he visto ha hecho que mi pasión por el mismo aumente, desde que era pequeño.
La lista no es de películas buenas, sino de películas favoritas. Películas que me gustan mucho o que han influido mucho en mí tanto a nivel cinematográfico como por ayudarme en algún momento de mi vida, sean o no buenas.
Pues ahí va. No hay orden de preferencia, las voy poniendo por la edad a la que las vi, o eso he intentado (no puedo estar seguro de cual fue antes entre los once y los catorce años, fue una época de descubrimiento). Y muchas son películas muy conocidas. Pero por eso las vi en su día, y cada una me ha influido para ver un tipo concreto de cine.

Nota previa a la lista: cada película tiene asignada una imagen, situada en la parte inferior del texto explicativo de cada una. Esta imagen no pertenece a la película, pues sería un problema de derechos de autor y no quiero ese problema en mi blog. Pero cada imagen, de licencia gratuita, tiene mucho que ver con la película en cuestión. 

Jurassic Park- Esta película fue muy importante para mí. Tiene que ver con mi pasión por los dinosaurios, mi fascinación por los avances tecnológicos y mi descojone con 6 años al ver la escena de Gennaro en el retrete a punto de ser devorado. Cabe decir que el hecho de ver al personaje de Dennis Nedry programando un sistema capaz de controlar toda una isla es uno de los motivos por los que estoy estudiando ingeniería Multimedia (programación).



Braindead-Esta película supuso mi confirmación de que existía ESE tipo de cine. ¿Qué tipo de cine? Pues veréis...de pequeño pasaba mucho tiempo (casi como ahora) con mis abuelos, en sus pueblos. Uno de mis abuelos era muy aficionado a ver películas por las noches. A veces, en esos momentos en que mis padres estaban en otra habitación, yo me escabullía de la cama y entraba en la cocina o el salón, donde estaba mi abuelo. Enseguida me hacían volver a mi cama, pero en esos minutos que pasaba con mi abuelo veía partes de películas realmente terroríficas...recuerdo bichos gigantes matando gente, vampiros devorando mujeres, muertes terribles...
En aquel momento me daba miedo verlo, pero cuando años después vi "Braindead" comprendí que esa película pertenecía a un tipo de cine que ya conocía pero que no había visto.
 A partir de ahí, busqué películas del estilo: gore, zombies...también después conocí a Romero. Y luego vino REC de Jaume Balagueró y Paco Plaza.




Balada Triste de Trompeta- Fue esencial por la brutalidad y locura de cada escena. Descubrí a Álex de la Iglesia, lo cual me llevó a conocer también a Vigalondo, Urbizu...el cine español de thriller y tramas locas que más me gusta también hoy en día.
Esta película fue, además, una forma de comprender ciertas cosas a la edad en la que la vi. Una inspiración. Una forma de descargar energía, de hacer que sufras, goces y te desahogues. Una delicia en forma de tarta de nata, chocolate y fresa...podridos.



El día de la bestia-Es evidente que es importante si ya me gustó Balada. Creo que es lo que más me gusta del cine español posterior a los noventa. Un cura, un heavy y un Iker Jiménez. De locos.
Esta película tiene una trama tan original, delirante, irónica y tantas escenas buenas que el conjunto es casi perfecto.



Stoker- Solo tenéis que buscar en Twitter "@sergigomezc stoker" para ver cuánto me gusta.
Esta película tiene un lenguaje bastante notable y explícito, es fácil ver las referencias implícitas en la película, el uso de los colores...todo eso es muy potente, mucho más que el argumento. El argumento solo es la excusa para hablar de la muerte y el sexo como pocos lo han hecho. A mucha gente les aburre Stoker. Si te aburre Stoker es que no entiendes lo que es la escalera, o lo que hace el color rojo en esos planos, o lo que quiere decir una flor blanca al final de cierta escena. No pasa nada, nadie es superior a nadie por comprender esas cosas, pero quiero dejar claro que Stoker SÍ ES una buena película.
Es hipnótica y bella. No parece del 2013. Es muy bueno para la vida saber que se hacen películas así. Necesitamos que haya directores nuevos que sigan jugando con el suspense como lo hace Park Chan Wook.
Sigamos esa estela brillante, por favor.



Old Boy- Nunca había visto en cine una venganza tan descarada e inteligente. Su estilo me va a acompañar siempre. A partir de aquí quise y quiero investigar más en el cine coreano. Hay joyas. Debo ver mucho más. He descubierto "I saw de Devil", "Dos hermanas"...hay mucho. También cine japonés que sigue el estilo y del que apenas he visto cosas. Se me ocurre "Ichi the killer".



Suspiria-Solo faltaba ver esta película, hace relativamente poco tiempo. Ya estoy a los pies de Darío Argento y el giallo. Es el descubrimiento más reciente y me está incitando a ver mucho más terror, que es el género que más disfruto (unimos esto a Braindead, que también es terror a su manera).
He visto otras de Argento como Phenomena, y algunas del maestro, Mario Bava, que creó el subgénero giallo. "La muchacha que sabía demasiado" quizás fue la primera de muchas películas maravillosas que seguían el género y estilo del italiano.





De momento esto. Pero no es nada. Me gustan muchas películas, en mayor o menor medida. Estas son las que he visto más veces, pero todavía no tengo una visión clara de mi cine favorito de los últimos años. Con el tiempo lo veré más claro. Ahora tengo que ver más películas, muchas más, y ampliar cada rama: ver más terror de todas las épocas, más western, más suspense clásico. Cuando lo haga podré decidir mejor.
Hay mucho cine y es muy difícil (requiere mucho tiempo, mucho estudio...) ver de todo y comprender cada estilo, cada época. Poco a poco me dejaré sorprender por todos, por grandes maestros del cine y por otros grandes menos conocidos o prácticamente olvidados que también hicieron buenas o fascinantes películas.

Por último, voy a nombrar unas cuantas películas que no me han influido tanto como las anteriores pero que me gustan mucho y que también son importantes para mí en mayor o menor medida.

Tarzán.
Bichos.
El gigante de hierro.
El señor de los anillos.
Harry Potter.
El viaje de Chihiro.
Amelie.
Hasta que llegó su hora.
Pesadilla en Elm Street.
El laberinto del fauno.
El resplandor.
Abre los ojos (esta película me gusta mucho, pero su descubrimiento se desprende de la influencia de Álex de la Iglesia, y no me influyó tanto)
Reservoir dogs.

Y más recientemente algunas de aquí como Magical Girl, y otras de por ahí que siendo sencillas y nada extraordinarias me dijeron mucho, como Déjame Entrar (la original).

Todo es muy sencillo, todo es muy común, pero así se empieza y así se sigue.
En mi caso el terror y el thriller predominan en mis gustos, y sé que mi aprendizaje va a tener eso muy en cuenta, va a influir mucho.
Espero que os haya gustado leer esto, si es que lo habéis leído. Si no coincido con tus gustos, déjame un comentario con una lista de tus películas favoritas.
Si coincido pero no tenemos las mismas favoritas, déjame otra lista.
Si no me dejas una lista tampoco pasa nada, somos libres. Nos gusta el cine, es lo que importa.
Saludos a todos, ¡y muchas cenizas de fénix!


viernes, 29 de julio de 2016

La verdad de ser humano

En estos momentos rozo la veintena. Y justo ahora, segundos después de la hora programada para la publicación de esta entrada, ya tengo veinte años.
En mi escritorio, con la mirada fija en la pantalla del ordenador, intento comprender qué necesito escribir.
Acabo de ver un capítulo de la serie "The magicians". Serie que empecé a ver unos meses atrás. ¿Cuantos meses? Aproximadamente cinco. Casi medio año, que ha pasado en un suspiro. Sin poder creerlo, sin tener la intención de que el tiempo nos fastidie la vida de esta manera, sin quererlo, sin pretenderlo. Sin tener la opción de rechazar esta vida en la que para cualquier ser vivo solo cuenta el ahora, pero en la que como humanos también nos preocupamos por lo pasado, y por lo que está por venir.
En eso se basa mi problema. Mi problema que también es el de cualquiera. Y es que nadie escapa a esas garras que llevan un reloj de arena por colgante. El tiempo, como habréis supuesto.

Ha pasado mucho tiempo...desde aquellas primeras veces que estuve en la playa. Mis padres me llevaban de pequeño, no recuerdo mi primera vez en la playa.
Ha pasado mucho tiempo...desde que mi tío me regaló el VHS de Harry Potter y la piedra filosofal, meses después de que yo la disfrutara en cine, una de mis primeras películas.
Ha pasado mucho tiempo...desde aquellos días en los que pasé tiempo con un familiar muy querido que hoy ya no vive. Comprender que esos días no volverán fue la forma en que aprendí a llorar, a llorar de verdad, a llorar sintiéndolo.
Ha pasado mucho tiempo...desde aquellos años de colegio en los que me daba miedo ir a clase. Me daba miedo mirar a la cara a ciertas personas. Me daba miedo que intentaran hacerme daño, como algunos solían. Me daba miedo pasar vergüenza, ser humillado por tener gafas, por pesar unos kilos más de la cuenta, por no jugar a fútbol, o por no hacer lo que otros esperaban que hiciera.
Ha pasado mucho tiempo desde que tras todo lo malo encontré algo que me pareció mi salvación; a día de hoy he comprendido que no hay salvación, pero aquello sigue siendo un buen escudo.
Ha pasado mucho tiempo desde que conociera al amor, y a todas las cosas que implica sentir amor hacia una persona. Ahora ya nada de eso me reconforta, porque después del amor y antes de la palabra va un "des-", y ese "des-" oculta muchas, tal vez demasiadas, verdades.

Si 20 años de vida han servido para que una persona aprenda qué cosas bonitas existen y qué cosas malas nos deparan, la única cuestión es saber si todo esto merece la pena. Aquí entra en juego el debate de "optimismo/pesimismo". ¿Mi posición? La siguiente: los optimistas son aquellos que llaman pesimistas a los realistas.

No puedo ser optimista en un mundo. En un mundo, en general. Mientras seamos humanos vamos a preguntarnos cosas, querremos saber más, hacer más, controlar más. Y no podemos controlar nada. Nuestra misión como seres vivos es seguir viviendo. Nuestra misión como humanos es pensar que somos útiles.
Ni somos útiles ni deberíamos seguir viviendo. Esta frase resume la idea que tengo de mi propia existencia. Vivir para descubrir el placer de vivir. Vivir para destrozar la naturaleza.
Si las plantas pudiesen hacer algo, nos matarían a todos. Pero queremos seguir viviendo, porque somos seres vivos.
Y como ser humano rechazo la idea de ser útil. Solo sé que vivo, que hay gente que sabe que vivo, y que hay gente que espera que como humano haga cosas para reafirmar mi utilidad.

Pues voy a responder a todos esos humanos: no esperéis nada. Voy a limitarme a hacer lo que como ser vivo debo hacer, no voy a intentar demostrar nada.

Sobre si merece la pena entonces haber aprendido y vivido cosas bonitas: sí, por supuesto. Pero es como esa pizza que te comiste hace nueve años, ya no la tienes ante ti. Solo sabes que existió. Puede que recuerdes algunas cosas buenas, pero solo son recuerdos; por otro lado puedes no saber exactamente qué sentiste ese día, puede que algo que recuerdas con felicidad lo sea porque durante años así lo has querido, y has modelado esa idea en tu cabeza. Solo importa el ahora, porque es con lo que te vas a seguir enfrentando a las cosas. Y si recuerdas un pasado más feliz, mayor motivo para desmotivarte.

Cumplir 20 años me duele mucho. La vida es como un libro, y yo debo estar aproximándome a la segunda parte. El propio tiempo parece tener prisa; esa prisa me llevará ante la segunda parte de mi vida a la velocidad  más vertiginosa jamás pensada. Y lo único que sé...
Lo único que sé...

Lo único que sé más allá de que hace tiempo que no soy feliz...
Lo único que sé más allá de que creo firmemente que ya nada puede hacerme feliz...
Lo único que sé más allá de que antes de poder intentar mis sueños, éstos ya se han roto...
...de que me encanta ver películas y leer libros pero no soy bueno en nada relacionado con ello...
...de que lo único que puede ayudarme es también lo que me hace daño...
...de que nadie jamás sabrá entender completamente cómo funciona mi mente...
...de que la psicología no me gusta y sé que jamás podrá ayudar a una mente enferma...
...de que las cosas buenas en mi vida han pasado ya...
...de que una raíz poderosa no puede extirparse con unas simples oraciones...
...de que detesto este mundo por cómo hace que la gente se crea culpable de sus males...
...de que los 16 años marcaron el inicio de una transición dolorosa...
...lo único que sé, es que si todo esto me atormenta con veinte años, no quiero imaginar qué me atreveré a contar a los 60.

Cumplir años no debería ser motivo de celebración. Cumplir años es una tortura. Cambiar el número de las decenas es motivo de dejar atrás muchas cosas. De sufrir recordando.
Si no piensas así, entonces estás en el lado optimista. Te niegas a creer que esta vida sea sufrimiento. Te niegas a aceptar que tu vida no es tan importante.
No es egoísta tratar de vivir bien, es egoísta creer que tratar de vivir bien es natural.
Mientras nos creamos seres naturales que hacen cosas naturales nada va a cambiar, tenedlo en cuenta.

Si eres optimista, sin embargo, lo tienes todo ganado. Nada te va a preocupar como le preocupa a un realista. Vas a tratar de vivir cada día sin pensar en lo que te depara el futuro. Nadie te dirá que "debes ver" las cosas de otra forma. No sabrás que eso de "ver las cosas de otra forma" no es tan fácil como vosotros decís.

Tendrás tu lado humano ganado, y solo tendrás que dejar que la naturaleza fluya.

Si eres pesimista, entonces no hace falta explicar nada más.

Cumplir 20 años y dejar atrás la última década feliz de tu vida es duro. Sospecho que los próximos años serán complicados. Mentalmente habrá mucho ejercicio.

Y sobre la meditación...en este momento he alcanzado algo muy importante: la comprensión.
Tras años investigando el porqué de los males mentales, de la tristeza, de la soledad...tras todo este tiempo he logrado comprenderlo. Ahora necesito analizarlo y hallar una respuesta que me haga un poco más fácil el "después".
He vivido algo. Vivir ese algo me hace sufrir. Ahora comprendo por qué lo he vivido. Y necesito preguntarme cual es la forma de vivir con ello de la mejor manera posible, sufriendo lo mínimo.

Quizás cuando esté a punto de cumplir los 30 halle la respuesta. Espero que esa respuesta me ayude a vivir con más tranquilidad lo que me quedará de vida. En caso contrario, no solo sufriré la muerte como ser vivo. No, eso sería demasiado fácil.
También, y esto es mucho más serio y triste de lo imaginable, habré de sufrir la muerte como ser humano. Como ser humano pesimista. No hay nada más cruel en el mundo.

Sergio Gómez, 29 de julio de 2016.

PD: todo está siendo más duro de lo que imaginaba. Decían que hoy se acababa el mundo, ojalá hubiese sido cierto.